Por Nicolás Parducci y Alicia de Parducci
Nuestra vida cotidiana está plagada de acciones rutinarias. Sería casi interminable enumerar la gran cantidad de hechos que repetimos en el día, desde que nos levantamos hasta que volvemos a acostarnos, y aún entonces.
El matrimonio también se desenvuelve en medio de esa rutina diaria…obligatoria, que puede convertirse en un verdadero peligro para nuestro amor y amenazar nuestras ilusiones si no estamos alertas y evitamos que nuestros "encuentros" sean absorbidos también por esa
RUTINA.
Es muy triste:
• Tomarse de la mano por rutina, o…dejar de hacerlo
por aburrimiento…
• Besarse por costumbre…siempre igual…en las
mismas condiciones…y nada más.
• Tener relaciones sexuales por hábito o desahogo..
sin ilusión del encuentro con el ser amado.
• Perder la emoción de volver a verse…en las mañanas, en las tardes o en las noches.
¿Que hacer para defendernos contra la rutina cotidiana que amenaza ahogar nuestro amor?
Sólo necesitamos un poco de atención y de imaginación.
Atención
• Para no dejar pasar por alto los pequeños detalles, a veces simples pero hermosos que nos rodean.. sin apreciarlos y sentirlos intensamente…
• Para impedir que el cansancio del trabajo diario interfiera o anule nuestras expresiones de amor…
• Para no desperdiciar las ocasiones de expresar admiración ante los aciertos grandes o pequeños de nuestra pareja, con un estímulo, piropo, palabra dulce al oído o mirada enamorada…
• Para no perder jamás el buen humor o recuperarlo pronto, frente a los problemas y malos momentos que nunca faltan…
• Para mantener despierto el interés del uno en el otro…
Imaginación
• Para cortar la rutina en el momento preciso…con algo diferente en nuestras personas, en el ambiente, en las situaciones… Creando nuevas ilusiones y mejoras personales.
• Para buscar distracciones variadas, interesantes y beneficiosas.
• Para "sorprendernos" el uno al otro ocasionalmente.
• Para buscar e incluir en nuestras vidas actividades que enriquezcan nuestra personalidad.
• Para evitar que sean siempre las peleas o discusiones lo único que interrumpa el quehacer de cada día.
Pero…¡CUIDADO!
• Romper la rutina no requiere normalmente grandes esfuerzos..
• Ni gastos esplendorosos.
• O gestos extravagantes.
Basta un pequeño toque de ilusión…y un ligero ingrediente de aquí y de allá, un guiño de ojos en el momento oportuno… una caminata nocturna con luna o sin luna, un despertar cantando, etc.
Lo importante es compartir juntos la vida y hacer de cada día una aventura maravillosa.
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