Para hablar del verdadero amor hay que empezar por definirlo. Amar es dar y recibir porque recibir también es una forma de dar. Ej.: si yo recibo contenta un regalo, le estoy dando a su vez una alegría al que me lo dio. La felicidad humana se encuentra en el hecho de amar y saber ser amado y no en tener cosas; es por ello que el hombre de hoy esta tan insatisfecho; pues busca la felicidad en el lugar equivocado y como no la encuentra se siente frustrado.
El amor conyugal conlleva un amor maduro. Pero, ¿Qué es un amor maduro? Es aquel que logramos cuando somos felices al hacer feliz al otro, es la auténtica entrega mutua que se deshace del egoísmo. En la relación conyugal hay que tener en cuenta 3 elementos; tu, yo y nosotros. El "nosotros" es la relación en sí. Cuando tenemos una discusión, bloqueamos el amor para dar paso al orgullo y no queremos ceder porque no queremos "perder" cuando en realidad estamos perdiendo porque pierde la relación. De esta forma cuando "perdemos" realmente " ganamos" porque gana la relación y vuelve la armonía. Esto no quiere decir que no tenemos que defender nuestros criterios, simplemente hay que evaluar por lo que vale la pena discutir en vez de estar en una eterna competencia que solo deteriora la relación y mata el amor.
El amor es la condición que define a los seres humanos. Somos según el amor que hemos recibido y recibimos en nuestra vida. La elección de pareja es increíblemente fiel a las respectivas historias familiares, a su situación actual y a sus anhelos para el futuro.
Es muy importante aprender a auto observarse antes de atacar o culpar al otro. Observar nuestros propios errores, pensar qué pude haber hecho yo para crear una reacción así, cómo se lo dije, cuál fue mi tono de voz, qué gestos hice con mi cuerpo, ya que con la gesticulación facial a veces decimos mas que muchas palabras.
Otro de los problemas comunes entre los cónyuges es la dificultad que tenemos para comunicar nuestros sentimientos reales que están escondidos muy dentro de nosotros; por ejemplo, detrás de la rabia suele haber mucho dolor. Se debe reflexionar sobre qué hay detrás de una reacción inapropiada, un grito, una intolerancia; qué me llevó a hacerlo?, en qué estaba pensando en ese momento?, qué me recordó? etc. Para descubrir el verdadero sentimiento detrás de la reacción inadecuada y curarlo desde allí. El origen de una mala reacción generalmente viene de un bloqueo del amor, algo que nos hace sentir poco queridos, no apreciados y valorados, o rechazados.
Los cónyuges deben relacionarse en 3 contextos: Como padres siendo un equipo sólido, tomando decisiones en conjunto y jamás desautorizándose frente a los hijos. Como esposos dándose tiempo para "abandonar" la relación disfrutando de momentos juntos y como personas individuales dedicando tiempo para sí mismos haciendo cosas que les gusta, obvies, etc.. Siempre y cuando no se atente contra la relación de pareja.
Para mantener la llama del amor encendida es necesario conversar y recordar qué hacían cuando eran enamorados. Qué les gustaba hacer juntos, qué les atraía del otro. Si bien las cosas nunca son exactamente iguales porque las etapas del ciclo vital de la pareja van cambiando, vienen los hijos, etc. Hay cosas que sí se pueden mantener y otras nuevas que se pueden crear.
Muchas personas creen que como se casaron, se pueden abandonar en todo sentido: en el aspecto físico, cultural, en los detalles y entonces le dan paso al "veneno" de la rutina.
Es importante mantener detalles qe se tenían cuando eran novios, por ejemplo a la mujer no le faltaba el maquillaje, el perfume, la ropa atractiva, preparaba de sorpresa algún plato especial; el hombre por su parte se preocupaba por su aspecto, sus modales, su trato, en fin, intentaban por todos los medios agradarse el uno al otro. Es necesario mantener la ilusión y recordar que nunca deben dejar de conquistarse mutuamente.
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